Fallece el boticario de Acayucan Felipe Martínez

Es heredero de don Marcelino Martínez Moreno, el primer farmacéutico de Acayucan.

Según familiares y amigos, don Felipe Martínez, falleció después de algunos días de un padecimiento crónico y de varios días de estar internado.

Ángel Gabriel Fernández

Mañana es del Día del Farmacéutico y sería un craso error no mencionar a don Felipe Martínez Castillo, dueño de las tradicionales farmacias “San Martín Obispo”.

Don Felipe Martínez Castillo, seguramente se encuentra en casa por la situación de la pandemia y por su edad avanzada, pero seguramente lo vemos imaginando atender amablemente a la clientela, escuchar a los pacientes y recetarles algo. Su oficio no lo ya cambiado por nada, ni una noche ni una madrugada y vive la esperanza de todos los días porque su oficio es vivir la vida atendiendo a la gente.

De acuerdo a la historia de Acayucan, el primer farmacéutico o boticario fue don Marcelino Martínez Moreno, quien le enseñó todos los secretos empíricos de la salud a don Felipe. La farmacia de don Marcelino, que se llamaba San Martín Obispo como el Santo Patrono del pueblo, estaba en la esquina de las calles Negrete y Ocampo; luego pasó a la esquina de Moctezuma y Victoria donde se encuentra actualmente.

Don Felipe Martínez es intensamente popular y en una ocasión se le mencionó como probable candidato a la presidencia municipal, pero no quiso saber nada de política; lo suyo es atender a la gente que necesita un consejo para la salud.

I

Los médicos tradicionales o médicos del pueblo, tienen una tradición bíblica: Lucas el evangelista era uno de ellos y se le denominaba, por su labor en divulgar la palabra de Cristo, médico de cuerpo y almas. Daba remedios para las enfermedades físicas y mensajes religiosos para las enfermedades del alma.

Lucas era conocido en las tierras bíblicas por sus brebajes y pócimas; pero después paso a la historia por narrar acerca de la vida de Jesucristo. Era un auténtico evangelizador a pesar de que no conoció personalmente a Jesús…pero para hablar y dar testimonio del poder y la misericordia del Hijo de Dios, no se necesita conocerlo; sus enseñanzas han pasado de generación en generación.

II

En Acayucan, el Santo Patrono es San Martín Obispo, a quien se le festeja el 11 de noviembre. Son poco conocidas las virtudes sanatorias de San Martín Obispo, pero en esta ciudad se le relaciona con las más tradicionales farmacias y con los médicos del pueblo.

El primer médico del pueblo fue don Marcelino Martínez Moreno, quien primero tuvo su farmacia en la esquina de las calles Ocampo y Negrete; ya se llamaba San Martín Obispo. Luego la farmacia se estableció en la esquina de Victoria y Moctezuma.

Don Marcelino era boticario; o sea, no solamente recetaba las medicinas sino que él mismo preparaba las fórmulas y las envolvía, porque en ese entonces no había tabletas ni inyecciones. Don Marcelino fue padre del estimado acayuqueño don Raymundo Martínez Domínguez, fundador de la tradicional estación de radio XEVZ.

Don Marcelino Martínez dio en herencia la farmacia San Martín a su hija Socorro; posteriormente la farmacia pasó a manos de doña Antonia Sotelo de De la Luz.
En la actualidad, la farmacia San Martín Obispo está en manos de don Felipe Martínez Castillo y está en la esquina tradicional de Victoria y Moctezuma, con una sucursal en la esquina de las calles Enríquez y Guerrero.

III

La tradición del médico del pueblo pasó de don Marcelino Martínez a Felipe Martínez que era su sobrino. No debe haber acayuqueño o ciudadano de la región que no conozca a don Felipe Martínez o que no haya escuchado hablar de la farmacia San Martín Obispo. Don Felipe atiende, escucha y por su experiencia de tantos años en el manejo de recetas y medicinas, es buscado por la gente para consultas rápidas.
Cada 11 de noviembre en la farmacia San Martín Obispo se escucha las mañanitas con mariachi en honor al Santo Patrono.

IV

La farmacia San Martín ya es tradicional en Acayucan y la región; es el único pueblo cuya principal farmacia lleva el nombre del Santo Patrono.

Los médicos del pueblo son como Lucas el evangelista; los mueve la misericordia hacia sus semejantes y la confianza en ellos se fundamenta en su experiencia.

Jesucristo sanó muchos enfermos sin haber ido a una facultad y sin cobrarles un sólo peso. Tenía la facultad que le confería ser el Hijo de Dios y el amor por sus semejantes.
San Martín Obispo, hizo su ministerio en el sur de Francia; llevaba el mensaje evangelizador principalmente a los pobres y campesinos. Su bondad fue comprobada al grado de que era capaz de quitarse sus ropas para dárselas a los necesitados.

Tomado de: Línea Privada

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